¡Uff!
más de 2 meses sin publicar nada, y es que la vida “no me da pa más”. Trabajo,
niñas, obligaciones… Aunque por lo general el ganchillo sirve para relajarse no
deja de ser una actividad que requiere atención y creatividad.
Pero
en medio de esta apatía gancheril, y obligada por una petición de mi hija, que
quería amigurumirizar a su profesora, me ha salido un amigurimi del que estoy
muy orgullosa. Lo hice en ratitos en una semana sin patrón, sin apuntar
proporciones, es decir como si “pintara” directamente sobre el ganchillo. Me hubiera gustado hacerle más complementos,
pero una vez entregado el regalo y sin haber apuntado el patrón lo veo difícil.